jueves, 28 de julio de 2016

Drones Espías

Dron del Catastro

Hace aproximadamente un año me llegó una atenta carta del Catastro según la cual me notificaban la modificación de los datos catastrales relativos a nuestro pequeño trozo de campo, allende los montes, y que la cosa costaba 60€, amén de lo que a posteriori opinara del tema el Ayuntamiento del sitio.

Estos días saltaba la noticia a bombo y platillo de que Hacienda (que somos todos) a través del Catastro, ha descubierto miles de obras "ilegales" por esas tierras de España, utilizando los satélites que merodean por la estratosfera y más modernamente, para afinar, esos aparatos tan de moda llamados drones, que, por lo visto, lo mismo sirven para jugar, enviar paquetes o espiar a todo quisque.

Y en esto del espionaje es donde andaba yo mosqueado, porque, ¿hasta qué punto el derecho a la intimidad y la inviolabilidad del domicilio recogidos en nuestra Constitución, se los puede saltar un dron o un satélite a la torera?

Hasta donde mis entendederas llegan, la única posibilidad de saltarse estos derechos es cuando se comete un delito flagrante o un juez lo autoriza previa solicitud razonablemente fundamentada. Y... me pregunto de nuevo, ¿todos estos vuelos de drones y satélites que violan la intimidad y los domicilios de tantos y tantos españolitos, están autorizados por los Señores Jueces? Pues de ser afirmativa la respuesta, les debe doler la mano de tanto firmar. 

En mi caso puedo afirmar, que en mi expediente de modificación catastral no se hacía referencia alguna a tal autorización. No señor, el catastro ha contratado a unos señores para este trabajo, por el que les paga con los 60€ de marras y aquí paz y después gloria.

Esto pasa aquí; en los Estados Unidos, celosos de su intimidad como nadie, y donde florecen las armas como setas, no creo que se atrevan a mandar muchos drones sobre sus ciudadanos, salvo que quieran que estos hagan prácticas de tiro al plato.

Si alguno de mis atentos lectores quiere profundizar más en el tema, les ofrezco el enlace siguiente a un artículo de Dª Alicia Amer Martín, Magistrada de la Audiencia Provincial de Valencia, que diserta sobre ello. Con mucho tino a mi entender.

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