jueves, 30 de octubre de 2014

10 en Ortografía

Un chico polaco gana un concurso de ortografía castellana.

¡Ahí! es nada!, el bueno de Kokot, de nombre Bartlomiej, se ha alzado con el premio en fase autonómica del XV Concurso Hispanoamericano de Ortografía. A mí no me extraña ni un poco, porque escribir correctamente su nombre ya tiene miga, pero que le haya echado la pata encima a los Manolito Pérez, Antoñito Sánchez y Fuensanta García, oriundos de la piel de toro y que comparten aulas y profesores con el bueno de Kokot, es para hacérselo mirar.

En descargo de los alumnos patrios diré que la ortografía española no es moco de pavo, ni para tomársela a la ligera, aunque comparada con el chino mandarín, tampoco es de las más difíciles. 

Sería bueno que ahora que todos nos conectamos con todos a través de las redes sociales, estos magníficos instrumentos de comunicación incluyeran algún mecanismo que impidiera el acceso a los mismos, a todos aquellos textos que patean sistemáticamente la ortografía y la gramática, obligando al chateador a ponerse las pilas para acceder al ciberespacio.

Y estoy seguro de que en estos cuatro párrafos hay unos cuantos errores ortográficos y gramaticales. Lo asumo con pesar, y a expensas de que cualquier experto me los afee. 

¡Enhorabuena a Bartlomiej!

domingo, 26 de octubre de 2014

Cuestión de Pinzas

CHE !!!

Lo reconozco: nunca había estado en un asador argentino. Ni bueno, ni malo, ni regular. Así que no tenía ni idea de lo que nos íbamos a encontrar una vez sentados a la mesa.

Para empezar, el asador de la historia estaba de bote en bote, y como consecuencia, el apiñamiento era considerable aunque ventajoso: te permitía meter el tenedor en el plato del vecino de la mesa de al lado sin el menor esfuerzo, mientras ampliabas tú círculo de amistades con esos mismos vecinos, de cuya mesa te separaban escasos 20 centímetros.

Gracias a esa fluida relación con los vecinos, obtuvimos algo de información sobre lo que nos esperaba, así como de la calidad de lo que íbamos a degustar. Que para empezar no está mal, pues ya comienzas avisado.

En este asador, de buffet libre, -que se lleva mucho ahora-, por un módico precio, te puedes poner lila, y hasta morado, de ensalada, papas descongeladas fritas y arroz blanco, como acompañamiento de un rosario de carnes ensartadas o embandejadas que unos diligentes camareros ofrecen de continuo por las mesas. 

Las carnes ensartadas venían en unos pinchos de más de medio metro de largo, de la mano de un camarero, quien, cuchillo en ristre, identificaba la pieza y preguntaba si querías de ella. Mi vecino me había avisado ¡Cuidado que manchan! mientras me enseñaba sus pantalones y la mesa churretosa.

¡No será para tanto! Pues sí que era, porque a escasos centímetros de tu cara, el sujeto se ponía a maniobrar sobre la pieza ensartada para extraerle unas más o menos afortunadas tajadas, que venían a caer, por su propio peso, en tu plato o en los alrededores. ¡Con las pinzas! exclamaba el sujeto, y yo me miraba los dedos pensando que se refería a ellos para reconducir la carne al plato.

Ya casi al final de la faena, con unos cuantos lamparones en el polo y en los pantalones, pregunté qué era aquello de las pinzas (ya se que habría de haberlo preguntado mucho antes, pero no lo hice) y el camarero, uruguayo, nos explicó que con las pinzas, el comensal recogía el trozo de carne según se iba cortando para ponerlo en el plato, y que no nos había podido dar pinzas porque no había suficientes para todas las mesas.

Quizá con el uso de las pinzas la cosa habría mejorado un poco, pero la sensación de ver aquellos colgajos de carne en plan piltrafilla, ensartados y acuchillados indiscriminadamente y cómo los trozos rebanados eran lanzados con mayor o menor fortuna hacia el comensal, me recordó muy mucho al modo en el que damos de comer a los perros las sobras de la mesa, con la diferencia de que los perros son mucho más hábiles que los humanos en eso de cazar cosas al vuelo. 

Y aquí lo dejo.

jueves, 23 de octubre de 2014

Campo Visual

Diario La Verdad de Murcia. 23.10.14

Tanto recortar la foto para mostrar al personal encaramado en la valla fronteriza de Melilla, que el pie de foto da para unas risas. O eso, o es que ahora se juega al golf de esta guisa.

Personas jugando al golf con los inmigrantes encaramados en la valla.
Elmundo.es. 23.10.14. 

Aquí sí que abriendo el campo visual aparece el campo de golf y las señoras antes mentadas. ¡Qué hay que ver la que se ha liado sobre si Melilla puede o no puede tener un campo de golf! Al presidente de la ciudad autónoma le parece que sí, como en cualquier otra ciudad española. ¿Qué resulta un tanto chocante? Pues también.

Y ya que estamos. Puesto que para nuestros convecinos europeos los españoles somos unos desalmados por el trato que damos a los "saltavallas" subsaharianos cuando nuestra policía intenta contener sus saltos, vengo en proponer, que con fondos europeos al desarrollo, se financien una serie de ferries y de trenes ave que conecten las ciudades españolas del norte de áfrica con la península y a su vez con la frontera franco-española y, una vez eliminadas las ominosas vallas con sus concertinas y toda la pesca, se habilite, cual puente de plata,  un corredor por el que se permita el paso franco a todo aquel que desee entrar en la Europa comunitaria y una vez convenientemente embarcados y entrenados, se les deposite en el menor espacio de tiempo posible, en la frontera con Francia para que la Gendarmería se encargue de distribuirlos al resto de Europa. 

Así, los españoles seremos de lo más civilizados y podremos jugar al golf en Melilla o donde nos plazca, sin que nadie nos señale con el dedo acusador.

martes, 21 de octubre de 2014

Volver a Andar

ELMUNDO.ES. SALUD. Trasplante celular

Vuelve a caminar un hombre con parálisis gracias a un tratamiento pionero

Se ha sometido a un trasplante de células de su cavidad nasal en la médula espinal
Seis meses después de la cirugía, el paciente ha podido dar sus primeros pasos
También ha recuperado parte de las sensaciones en la vejiga y el intestino

Imagen de la BBC

Un hombre que sufría parálisis de la cintura para abajo ha vuelto a caminar tras someterse a una terapia pionera en la que se le trasplantaron células de su cavidad nasal dentro de la médula espinal, según informa este martes la cadena BBC.

El búlgaro Darek Fidyka, que sufría parálisis tras ser agredido con una navaja en 2010, ha podido caminar de nuevo con la ayuda de un andador, y hasta puede conducir, después de ser tratado en Polonia por cirujanos polacos y científicos británicos.

Los detalles del tratamiento se explican en la publicación Cell Transplantation, mientras que el citado canal británico hizo durante un año un seguimiento de la rehabilitación del paciente, que emitirá esta noche en un programa especial.

"Cuando apenas puedes mover la mitad de tu cuerpo te sientes impotente, pero cuando comienzas a sentirlo de nuevo es como si volvieras a nacer", explicó el búlgaro, de 38 años.

Para Geoff Raismam, responsable del departamento de regeneración neural en el Instituto de Neurología de la University College de Londres, este logro es "más impresionante que un hombre caminando sobre la Luna".

1) One of the patient's two olfactory bulbs was removed and the olfactory ensheathing cells (OECs) were grown in culture
2) 100 micro injections of OECs were made above and below the damaged area of the spinal cord
3) Four strips of nerve tissue were placed across an 8mm gap in the spinal cord. The scientists believe the OECs acted as a pathway to stimulate the spinal cord cells to regenerate, using the nerve grafts as a bridge to cross the severed cord

El revolucionario tratamiento empleó las llamadas células olfativas envainadas (OECs), que forman parte del sentido del olfato y actúan como camino que posibilita que las fibras ópticas del sistema olfativo se regeneren continuamente.

Esas células contribuyen a la reparación de nervios dañados que transmiten mensajes olfativos, al abrirles los conductores que van hacia los bulbos olfativos en el cerebro anterior.

Recolocadas en la médula espinal, permiten que los extremos de fibras nerviosas que están dañadas crezcan y se unan, algo que hasta ahora parecía imposible.

En la primera de las dos operaciones que se le practicaron a Fidyka, los especialistas extirparon uno de los bulbos olfativos para plantar un cultivo de las citadas OECs.

Dos semanas después, según la BBC, los médicos trasplantaron las células a la médula espinal, dañada tras haber sido atravesada por la navaja.

Los médicos emplearon unos 100 microinjertos de esas células olfativas envainadas, tanto por encima como por debajo de la herida en la espalda y utilizaron cuatro tiras finas de tejido nervioso, extraídas del tobillo del paciente, que colocaron sobre un espacio de 8 milímetros en el lado izquierdo de la médula espinal.

Antes del tratamiento, el polaco llevaba casi dos años sin haber mostrado ninguna señal de recuperación pese a haberse sometido a muchos meses de sesiones intensivas de fisioterapia.

Tras el trasplante de células, Fidyka realizó un programa de ejercicios de cinco horas diarias, cinco veces por semana, en el Centro de Rehabilitación Neuronal de Breslavia (Polonia) y los resultados se empezaron a sentir a los tres meses, cuando su muslo izquierdo comenzó a desarrollar músculo.

Seis meses después de la cirugía, Fidyka pudo dar sus primeros pasos ayudado de barras paralelas que le servían de soporte y de aparatos en las piernas y gracias al apoyo de un fisioterapeuta.

Dos años después, el hombre puede caminar ayudado de un andador fuera del centro de rehabilitación y ha recuperado parte de las sensaciones en la vejiga y el intestino, así como la función sexual.

"Es increíble ver cómo la regeneración de la médula espinal, algo que hace años se pensaba que era imposible, se está volviendo una realidad", dijo el neurocirujano Pawel Tabakow, del Hospital Universitario de Breslavia.

Esto de que hayan conseguido reparar la médula espinal y que en el futuro, las paraplejias, hemiplejias, tetraplejias y todas las “plejias” que existen puedan solucionarse, además de ser un avance impresionante, resulta una enorme ventana de esperanza para todos aquellos que sufren lesiones medulares y que ya no verán tan lejos recuperar sus movilidades perdidas.

Espero que a esta noticia le den tanto bombo, por lo menos, como a la del “pequeño Nicolás”, a la de las tarjetas “black” de Bankia o a la entrada en prisión de la Pantoja. Por lo menos.