Suma y sigue |
Podría comenzar esta crónica de cualquier otra manera, pero el atronador ¡Shemá Israel! que surgió de la garganta de David, capaz de tumbar a una legión de Goliat, no me deja otra.
También podría comenzar por Elena, y como en un segundo, al inicio de la alfombra roja, tomó aire, serenó el rostro y avanzó con paso firme hacia el altar.
Y como no, podría hacerlo por el apuesto galán, con maneras a lo Gary Cooper, que la esperaba en el otro extremo de la alfombra, ese tramo físico que les separaba del inicio de su aventura vital.
En la nube |
Amaneció radiante el día de San Anselmo en la soleada Murcia, que no defrauda, y allí, en Las Anas, nos congregamos para celebrar una más, y siempre diferente, boda de la familia Alonso, aunque por muy Alonso que sean, siempre necesitan el concurso de otra gran familia para completar la ceremonia. Y Pablo, chico, seguro que estarás a la altura, porque Elena es mucha mujer y te va a poner las pilas desde el minuto cero... y tú lo sabes!!
Pablo, de todos tus hermanos, siempre has sido el que más me ha recordado a tu padre en su juventud, y aunque sólo sea por el ojo a la hora de elegir pareja, parece que sigues su senda, y espero que también hayas heredado su fuerza de voluntad, su tesón en el trabajo, su dedicación a la familia, su lealtad a los amigos y no tanto su pasión por las motos, que gracias a Dios se ha relajado con los años. Tienes buen ejemplo, aunque objetivamente mejorable, si también acumulas a tu herencia, la abnegación y capacidad de lucha por los suyos, que la todoterreno de tu madre atesora.
Alfombra roja |
Como pasa en todas las bodas, los contrayentes van y vienen entre los invitados y no hay forma de ir un poco más allá del beso y la enhorabuena; normal, siempre ocurre lo mismo, hay una especie de nube invisible que transporta a los esposos, unas veces juntos y otras separados, y que los lleva en volandas entre los invitados repartiendo sonrisas y besos. Aunque con una familia tan magnífica, no hay momento de sentirse aislado, gracias a las continuas muestras de afecto que te dedican.
Cuidaos mucho, el uno al otro y a los vuestros, desde el primer día. Dejad huella, dejad vuestro sello personal en la vida, no paséis por ella de puntillas, hacedlo pisando fuerte y con determinación y las puertas se os abrirán, y las murallas caerán a vuestro empuje. Y esto, sin ser profeta.
En fin, como siempre, hemos disfrutado un montón en una boda en la que la alegría, la juventud y el compromiso destacan por encima de todo. Gracias por contar con nosotros.
¡Vivan los novios! |
El Hombre del Blog, (que diría Pedro, el de Belén)
Grande, como siempre...
ResponderEliminarMuchas gracias, Margildibó!
David
No me puede gustar más! Enhorabuena por estas palabras, una vez más. Un abrazo fuerte. Sylvia
ResponderEliminarGrande "el hombre del blog" !!
ResponderEliminarUn saludo :D
Genial Fernando, un detallazo que siempre hace ilusión .Un fuerte abrazo!
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