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Diario La Opinión de Murcia. 24.04.14 |
Así de primeras, como que choca el titular. ¿Qué cuentas pendientes tendrán Adolfo Suárez y José Antonio Primo de Rivera para merecer esta atención? Las imágenes invitan a pensar lo contrario: Un sonriente Suárez con las manos a la espalda es saludado por un abanderado Primo de Rivera. También podría pensarse que el primero intenta esquivar una colleja del segundo en un ambiente festivo. Pero de ahí a un enfrentamiento "entrambos" habría mucho trecho a recorrer.
Pues no, ni saludos ni collejas, que resulta que la concejala del AIRE y el periodista Caballero -la una pide y el otro cuenta- se hacen un lío con José Antonio y lo proclaman Dictador, cuando el buen hombre no llegó más allá de ser Diputado en Cortes y fundador de La Falange, muriendo fusilado a los 33 años. Vamos, que al pobre se le podrán colgar muchas felonías, pero la de Dictador es metafísicamente imposible.
Qué sí, que el Dictador fue su padre, D. Miguel, pero que aquí los cargos no se heredan como en Corea del Norte y José Antonio ya tuvo bastante con lo suyo como para que le carguen con un "sanbenito" de más. Y más cultura es la que hay que tener y viene bien un poco de estudiar más en la ESO y en el Bachillerato para no soltar gansadas como la presente.
Y si a eso le añadimos un poco menos de revanchismo y un poco más de sentido común, quizá la memoria histórica se convierta en más real y menos histérica. Y a otra cosa, mariposa.