Un Suspiro

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Como un suspiro, así pasó ante mí la Edición de 2015 de la Vuelta Ciclista a España. Era la 8ª etapa, entre La Puebla de Don Fadrique y Murcia. En un minuto escaso, la Guardia Civil, el helicóptero, los servicios médicos, la dirección de carrera, el pelotón y las asistencias con algún rezagado entre medias, pasaron como alma que lleva el diablo. 

Y eso fue todo, un 29 de agosto, en un minuto escaso, la que llaman serpiente multicolor, llegó y se fue por esa larga recta que baja del Puerto de Mojantes hacia Barranda, camino de Caravaca de la Cruz. 

De ese minuto, lo más potente, de largo, fue el sonido al paso de los ciclistas lanzados, una mezcla de zumbido de abejas alborotadas con afilador de cuchillos a máximas revoluciones. Una sensación de vértigo. Sólo fueron unos segundos, 5, 10, no más, lo suficiente para erizarte el vello y darte cuenta del riesgo que corre esta gente. ¡Y eso que el desnivel era mínimo y en recta! 

¡En un minuto escaso! No es lo mismo que verlos por la tele a la hora de la siesta. ¡Ya te digo!