domingo, 10 de mayo de 2020

Alarma desde el Balcón. 60 Días. 40 Fotos

Gorrión común (macho) 1

Colirrojo Tizón

Cernícalo vulgar. 1

Gorrión común (hembra) 1

Curruca cabecinegra

Paloma doméstica. 1

Paloma doméstica. 2

Mirlo común (macho) 1

Avión común. 1

Avión común. 2

Lavandera blanca

Mirlo común (macho) 2

Serín verdecillo

Cernícalo vulgar. 2

Gorrión común (macho) 2

Cernícalo vulgar. 3

Paloma doméstica. 3

Paloma doméstica. 4

Verderón

Gorrión común (hembra) 2

Vencejos

Mirlo común (hembra)

Tórtola turca. 1

Paloma torcaz

Avión común. 3

Avión común. 4

Tórtolas turcas. 1

Cernícalo vulgar. 4

Cernícalo vulgar. 5

Tórtolas turcas. 2

Mirlo común (macho) 3

Gorrión común (macho) 3

Avión común. 5

Avión común.6

Avión común. 7

Día Mundial de las Aves Migratorias. 10 de Mayo

Paloma doméstica. 5

Gorrión común (macho) 4

Tórtola turca. 2

Tórtola turca. 3

60 días de Estado de Alarma, 60 días de confinamiento, 60 días… dan para mucho. A la inmensa mayoría nos ha dado para cumplir, a gusto o a disgusto con lo que se nos ha pedido-ordenado en aras al bien común. 60 días en los que una (espero) insignificante minoría ha hecho de su capa un sayo, y más listos que nadie, se ha saltado las normas a la torera. En su ADN de necios lo llevan, porque tonto y necio es el que se engaña a sí mismo pensando que es el más pillo del lugar. Ejemplos…para aburrir. Pero es lo que hay.

Aunque a lo que vengo, no es a pontificar, porque Doctores tiene la Iglesia (e incluso el Gobierno y el Cuarto Poder) ¡Dios me libre de pensar lo que digo!, sino a contar que en el estricto cumplimiento del confinamiento que el Estado de Alarma nos está suponiendo, en mis ratos libres he podido dedicarme a una de mis aficiones más placentera: la fotografía de lo que el mundo me pone delante, y aún la disfruto más si son aves. 

Tengo un vecino, en el mismo rellano, que es un verdadero aficionado a la observación ornitológica, y que de vez en cuando me cuenta sus viajes a países exóticos que realiza con el único propósito de disfrutar de sus aves. Los fines de semana lo veo cargado con sus artilugios y catalejos (o como se llamen) y sé de su afición porque un día coincidimos los dos debajo de un árbol cerca de casa, intentando distinguir un nido entre sus ramas, y lo uno llevó a lo otro. Cosa ahora impensable por aquello de las mascarillas, el distanciamiento social y el respeto al “bicho” que nos ronda.

Pero a lo que iba, mi vecino, enfrente de su casa tiene otro edificio a pocos metros, y solo alcanzaría a ver parte de lo que yo abarco, si hiciera un buen escorzo en su balcón sacando medio cuerpo para asomarse. Para situarnos, yo estoy a medio camino entre las lujosas mansiones con hectómetros de terreno disponible y los pisos-apartamentos que dan a un patio de luces. Quizá un poco más cerca de los segundos que de las primeras. Así pues, mi vecino es afortunado en unas ocasiones y a mí me ha tocado en esta, y seguro que él está mucho más cualificado que yo para reconocer a los pajaritos que he retratado, pero… ya les he puesto nombre y si alguien tiene a bien corregirme, que así sea.

Por supuesto han sido más de cuarenta, y de cien y de doscientas. Lo podría haber dejado en menos, pero creo que es una muestra representativa de lo que he tenido al alcance de mi visor (en cuanto a aves se refiere) durante todo este tiempo, y ha resultado complicado reducir la cifra aunque parezca excesiva. 

Mención especial a varios de los pájaros que he seleccionado:

En primer lugar, el cernícalo vulgar, porque es el rey de mi selva particular y muchas tardes escogía su otero en el árbol más alto de la zona para controlar sus dominios.

A continuación, la curruca cabecinegra, por las pocas ocasiones en que se ha presentado y lo imposible de pillarla quieta. Y qué decir de los aviones comunes y los vencejos que montan un espectáculo en el cielo como la mejor patrulla acrobática. Algo parecido también por la escasez de apariciones con la lavandera blanca, aunque ésta más sosegada y el colirrijo tizón, otro prisas.

Palomas, tórtolas, gorriones y mirlos han dado mucho juego, por su abundancia y por el buen criterio de aguantar quietos unos segundos la mayoría de las ocasiones.

De este pase de modelos particular, el mejor, sin duda, por la cercanía y la pose en todos los perfiles fue el verderón, amarillo como un canario y vistoso como él solo.

Y para rematar, resulta que no tengo ni idea de a qué especie pertenecen las aves que en perfecta formación de “V” me sobrevolaron hacia el este, pero lo que sí sé, porque lo he buscado, es que hoy 10 de Mayo se celebra el día Mundial de las Aves Migratorias. Día en que recordamos que las Aves no tienen fronteras y que a los humanos, creídos de ser los seres más perfectos de la Creación, nos ha caído un muro invisible que, para algunos en este país, empieza a levantarse a partir del día siguiente: poco a poco, con todas las cautelas, los dedos cruzados los supersticiosos y las palmas juntas los creyentes, para que todo vaya según lo previsto.

Mientras tanto, mi bandada en “V”, ajena a todo, seguirá su camino hacia el Este, y los que se quedan aquí, empiezan a dejar sitio a las gentes que vuelven por donde solían, a ocupar las calles, los parques, las plazas, los jardines... y la naturaleza se repliega de nuevo.

1. P.D. No suelo hacer dedicatorias, pero excepcionalmente, este post se lo dedico a mi amigo Antonio que disfruta de la fotografía como el primer día que cogió una cámara, a mi amigo José Antonio, que se empeña en leer con buenos ojos todo lo que escribo, a Juan, que me acompaña desde los inicios en este periplo y siempre tiene una palabra amable y animosa; a todos los amantes de la fotografía por diversión, de la libertad por convicción y del respeto como norma primera de convivencia, y a mis tres chicas, mis mejores y únicas modelos cuando pongo en "on" la cámara.

2. P.D. Todas las fotografías está realizadas desde el balcón y por ello, algunas no tiene la calidad que debieran a causa de la lejanía de los sujetos fotografiados, las condiciones de luz, y en muchos casos, el movimiento.

1 comentario:

  1. Fernando, amigo mío, me encanta el trabajo que haces con tu cámara. No sólo por las imágenes con las que nos haces disfrutar sino con la imaginación que gastas para que parezcan sacadas de un documental naturalista. Y todo ello sacado desde una mínima atalaya, por favor, no dejes de deleitarnos con tu "savoir-faire". Un abrazo y muchas gracias.

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