De otoño, relajación, invierno...
Bélgica elimina los nombres cristianos de las
vacaciones escolares
Desde ahora la comunidad francófona de Bélgica
ya no tendrá vacaciones religiosas en los colegios, aunque seguirán siendo
festivos.
Javier Lozano.
15.04.13
El Gobierno de la comunidad de habla
francesa de Bélgica ha dado un paso más a la hora de eliminar
cualquier elemento cristiano de la sociedad. Esta administración, gobernada por el
Partido Socialista, ha aprovechado una reforma en las vacaciones escolares para
llevar a cabo una reforma más profunda. Se suprimen las fiestas
religiosas. A partir de ahora estarán relacionadas con las estaciones
o serán completamente laicas. La relación histórica de esos días ya no es
importante.
No es la primera vez que Bélgica intenta ocultar
las fiestas religiosas para así no ofender, sobre todo a los musulmanes, una
población cada vez más numerosa en todo el país. El decreto aprobado por el
Gobierno toca varias fiestas en particular, las desnaturaliza
y en algunos casos ya no tendría ni sentido que exista esa festividad
escolar.
A partir de ahora la fiesta de Todos los
Santos se convertirá en la fiesta de "otoño" mientras que
las vacaciones de Navidad no serán otra cosa que las de "invierno".
Mientras tanto, el carnaval tendrá el curioso nombre de fiesta "de la
relajación". Por su parte, las fiestas de Pascua o Semana Santa serán las
de primavera.
Los nombres ya aparecen en circulares, órdenes y
decretos. Pero en algunas de ellas se mantiene entre paréntesis el anterior
nombre básicamente para que pueda ser reconocida por la gente puesto que pocos
podrán saber a qué corresponde la festividad de la "relajación".
Este cambio de nomenclatura que elimina cualquier
elemento religioso ha sido criticado por distintos estamentos. Hasta el Movimiento
Reformador ha criticado a la ministra de Educación, Marie-Dominique
Simonet, por socavar el "lado tradicional y/o folclórico de los
ciudadanos".
La eliminación del árbol de Navidad
Ya esta Navidad se pudo observar esta nueva
política que consiste en esconder cualquier fenómeno religioso cristiano con la
excusa de no ofender a los musulmanes. Gran polémica se desató el pasado mes de
diciembre por la colocación del tradicional árbol de Navidad en la Grand Place
de Bruselas, sustituido por una especie de monumento de luces.
El alcalde de la capital belga, el socialista Freddy
Thielmans, defendía esta innovación y él mismo negaba su colocación
debido a la Navidad y decía que era un montaje decorativo que hacía honor a
"los placeres del invierno".
Este hecho produjo una gran polémica en la ciudad
y hasta un concejal acusó al alcalde de temor al islam, puesto que se estima
que el 25 por ciento de los habitantes de Bruselas es de origen
musulmán. Incluso en 2010 el nombre más utilizado para los recién
nacidos en la capital fue el de Mohamed.
Hay noticias que se comentan solas. ¡Si la reina Fabiola levantara la cabeza!
Fácil que en un par de generaciones el nuevo Rey de los Belgas pase del tradicional Leopoldo al no menos conocido Mohamed.
A mí, la que más me ha gustado es la festividad de la "relajación", aunque no se si el nombre invitará a la de esfínteres, moral, muscular o, incluso, mental, como parece que les ha sucedido a los gobernantes belgas con su laicismo ultramontano.
¡Cosas veredes!
Fuente: Libertad digital
Si Zapatero levantara (Dios no lo quiera) la cabeza....diría...¿Maldita sea, como no "me se" ocurrió a mí?......sin duda esto es una Invasión sin remedio...!!al tiempo¡¡
ResponderEliminarUn saludo Fernando.