Cuando tu hija lleva confinada en
Madrid 65 días, los últimos 45 más sola que la una al quedarse sin compañeros
de piso, y sin embargo ha dedicado ese tiempo a buscar trabajo y seguir
formándose, y tiene el buen humor de currarse ella sola un vídeo sobre su
experiencia para una entrevista de trabajo, uno no puede más que estar
orgulloso y compartirlo con los demás.
miércoles, 20 de mayo de 2020
domingo, 10 de mayo de 2020
Alarma desde el Balcón. 60 Días. 40 Fotos
Gorrión común (macho) 1 |
Colirrojo Tizón |
Cernícalo vulgar. 1 |
Gorrión común (hembra) 1 |
Curruca cabecinegra |
Paloma doméstica. 1 |
Paloma doméstica. 2 |
Mirlo común (macho) 1 |
Avión común. 1 |
Avión común. 2 |
Lavandera blanca |
Mirlo común (macho) 2 |
Serín verdecillo |
Cernícalo vulgar. 2 |
Gorrión común (macho) 2 |
Cernícalo vulgar. 3 |
Paloma doméstica. 3 |
Paloma doméstica. 4 |
Verderón |
Gorrión común (hembra) 2 |
Vencejos |
Mirlo común (hembra) |
Tórtola turca. 1 |
Paloma torcaz |
Avión común. 3 |
Avión común. 4 |
Tórtolas turcas. 1 |
Cernícalo vulgar. 4 |
Cernícalo vulgar. 5 |
Tórtolas turcas. 2 |
Mirlo común (macho) 3 |
Gorrión común (macho) 3 |
Avión común. 5 |
Avión común.6 |
Avión común. 7 |
Día Mundial de las Aves Migratorias. 10 de Mayo |
Paloma doméstica. 5 |
Gorrión común (macho) 4 |
Tórtola turca. 2 |
Tórtola turca. 3 |
60 días de Estado de Alarma, 60
días de confinamiento, 60 días… dan para mucho. A la inmensa mayoría nos ha dado para cumplir,
a gusto o a disgusto con lo que se nos ha pedido-ordenado en aras al bien común.
60 días en los que una (espero) insignificante minoría ha hecho de su capa un
sayo, y más listos que nadie, se ha saltado las normas a la torera. En su ADN
de necios lo llevan, porque tonto y necio es el que se engaña a sí mismo
pensando que es el más pillo del lugar. Ejemplos…para aburrir. Pero es lo que
hay.
Aunque a lo que vengo, no es a
pontificar, porque Doctores tiene la Iglesia (e incluso el Gobierno y el Cuarto
Poder) ¡Dios me libre de pensar lo que digo!, sino a contar que en el estricto
cumplimiento del confinamiento que el Estado de Alarma nos está suponiendo, en
mis ratos libres he podido dedicarme a una de mis aficiones más placentera: la
fotografía de lo que el mundo me pone delante, y aún la disfruto más si son aves.
Tengo un vecino, en el mismo
rellano, que es un verdadero aficionado a la observación ornitológica, y que de
vez en cuando me cuenta sus viajes a países exóticos que realiza con el único
propósito de disfrutar de sus aves. Los fines de semana lo veo cargado con sus
artilugios y catalejos (o como se llamen) y sé de su afición porque un día
coincidimos los dos debajo de un árbol cerca de casa, intentando distinguir un
nido entre sus ramas, y lo uno llevó a lo otro. Cosa ahora impensable por
aquello de las mascarillas, el distanciamiento social y el respeto al “bicho”
que nos ronda.
Pero a lo que iba, mi vecino,
enfrente de su casa tiene otro edificio a pocos metros, y solo alcanzaría a ver
parte de lo que yo abarco, si hiciera un buen escorzo en su balcón sacando
medio cuerpo para asomarse. Para situarnos, yo estoy a medio camino entre las
lujosas mansiones con hectómetros de terreno disponible y los
pisos-apartamentos que dan a un patio de luces. Quizá un poco más cerca de los
segundos que de las primeras. Así pues, mi vecino es afortunado en unas
ocasiones y a mí me ha tocado en esta, y seguro que él está mucho más
cualificado que yo para reconocer a los pajaritos que he retratado, pero… ya
les he puesto nombre y si alguien tiene a bien corregirme, que así sea.
Por supuesto han sido más de
cuarenta, y de cien y de doscientas. Lo podría haber dejado en menos, pero creo
que es una muestra representativa de lo que he tenido al alcance de mi visor
(en cuanto a aves se refiere) durante todo este tiempo, y ha resultado
complicado reducir la cifra aunque parezca excesiva.
Mención especial a varios
de los pájaros que he seleccionado:
En primer lugar, el cernícalo vulgar, porque es el rey de mi
selva particular y muchas tardes escogía su otero en el árbol más alto de la
zona para controlar sus dominios.
A continuación, la curruca cabecinegra, por las pocas
ocasiones en que se ha presentado y lo imposible de pillarla quieta. Y qué
decir de los aviones comunes y los vencejos que montan un espectáculo en el
cielo como la mejor patrulla acrobática. Algo parecido también por la escasez
de apariciones con la lavandera blanca,
aunque ésta más sosegada y el colirrijo tizón, otro prisas.
Palomas, tórtolas, gorriones y mirlos han dado mucho juego, por su abundancia y por el buen
criterio de aguantar quietos unos segundos la mayoría de las ocasiones.
De este pase de modelos
particular, el mejor, sin duda, por la cercanía y la pose en todos los perfiles
fue el verderón, amarillo como un
canario y vistoso como él solo.
Y para rematar, resulta que no
tengo ni idea de a qué especie pertenecen las aves que en perfecta formación de
“V” me sobrevolaron hacia el este, pero lo que sí sé, porque lo he buscado, es
que hoy 10 de Mayo se celebra el día Mundial de las Aves Migratorias. Día en
que recordamos que las Aves no tienen fronteras y que a los humanos, creídos de
ser los seres más perfectos de la Creación, nos ha caído un muro invisible que,
para algunos en este país, empieza a levantarse a partir del día siguiente:
poco a poco, con todas las cautelas, los dedos cruzados los supersticiosos y
las palmas juntas los creyentes, para que todo vaya según lo previsto.
Mientras tanto, mi bandada en “V”,
ajena a todo, seguirá su camino hacia el Este, y los que se quedan aquí, empiezan a dejar sitio a las gentes que vuelven por donde solían, a ocupar las calles, los parques, las plazas, los jardines... y la naturaleza se repliega de nuevo.
1. P.D. No suelo hacer dedicatorias, pero excepcionalmente, este post se lo dedico a mi amigo Antonio que disfruta de la fotografía como el primer día que cogió una cámara, a mi amigo José Antonio, que se empeña en leer con buenos ojos todo lo que escribo, a Juan, que me acompaña desde los inicios en este periplo y siempre tiene una palabra amable y animosa; a todos los amantes de la fotografía por diversión, de la libertad por convicción y del respeto como norma primera de convivencia, y a mis tres chicas, mis mejores y únicas modelos cuando pongo en "on" la cámara.
2. P.D. Todas las fotografías está realizadas desde el balcón y por ello, algunas no tiene la calidad que debieran a causa de la lejanía de los sujetos fotografiados, las condiciones de luz, y en muchos casos, el movimiento.
lunes, 4 de mayo de 2020
Alarma desde el Balcón. Explicaciones
Solo por darle gusto a un amigo.
Un gato negro en la luna |
La verdad es que en estos días,
mientras hacía las fotos, todas ella me sugieren reflexiones (como reza parte
del nombre de este blog), unas relacionadas con la pandemia y otras simplemente
me llamaban la atención. Me pide Miguel que hable de ello y el resumen es un
poco el pie de foto que les he ido adjudicando.
Los balones en la terraza del
colegio, vacío desde hace ya casi dos meses, me recuerdan los colores de
nuestra bandera, y que estamos juntos en esto sin que vayan a aparecer más
superhéroes que nosotros mismos para sacarnos del atolladero.
El toldo hecho jirones no deja
mucho a la imaginación de la analogía con lo que estamos viviendo, pero por
otro lado, nos deja la certeza de que más bien antes que después, llegará un
toldero (el que pone toldos, no el que comercia con sal al por menor) y
repondrá la lona y su faldón dejándolo impecable. Costará su tiempo y su
esfuerzo, pero se repondrá.
Un gato negro en reposo |
El juego de manos me recordó a
los malabares con las palabras que escuchamos un día sí y otro también en los
medios de comunicación, tanto públicos como privados, y lo complicado que
resulta separar el grano de la paja, tanto, que vi entera, con interés y mi
mejor voluntad, la primera comparecencia de nuestro Presidente para avisarnos
de que iba a declarar el Estado de Alarma. Ya no lo he vuelto a ver. Pasé a ver
con interés y mi mejor voluntad las comparecencias de los expertos, y, a las
pocas, lo dejé también. Ahora mi prioridad es saber que mi familia, mis amigos,
mis compañeros de trabajo, mis conocidos se encuentran bien, y dedico esas
energías en hablar con unos y otros esporádicamente. Me ocupo en mantener el
contacto. El sacarnos del atolladero está en otras manos y en nuestra propia
responsabilidad. Yo asumo la mía.
El sillón con vistas me trae a la
cabeza a todas esas personas que su menor preocupación es si van o no a pillar
el “bicho”, y si este se los va a llevar por delante, porque no tienen medios ni
recursos para hacer frente a lo que se les ha venido encima, y el “bicho” es lo
que les faltaba para cuadrar el círculo. Y es que no entiendo cómo es posible
que un día sí y otro también se informe de los ingentes recursos económicos que
se están moviendo para “no dejar a nadie atrás”, y que cada vez sean más los
que no se enteran. ¿Qué pasa? ¿Hay recursos o no hay recursos? ¿Llegan o no
llegan? ¿Hay planes de contingencia? Porque lo único que parece claro es que la
pandemia nos va a sumir en una pandeuda y los que manejan la cosa lo cuentan
con gesto afligido y se vuelven a su Gabinete de Crisis. A lo mejor no es tan
mala idea eso que dicen del pacto nacional, reeditando los Pactos de la Moncloa de 1977. A lo peor nuestros políticos
de ahora no tienen la capacidad necesaria (sin entrar en otras consideraciones
que llevarían por escabrosos derroteros)
Un gato negro al acecho |
Los aislantes de los cables del
transformador y la refulgente chimenea me animan a pensar lo mismo que con el
toldo, hay mimbres y bien urdidos, podemos caber todos en el cesto, con mayores
o menores apreturas, pero cabremos, igual que le daremos la vuelta al reflejo
del coche en el agua para encontrarnos con el coche auténtico y no con una
ilusión y un mal sueño como el que estamos viviendo.
Ah! Por cierto, en estos días he
tenido dos grandes alegrías, la primera, el día de mi cumpleaños, se me ocurrió llamar a mi primo
Diego con el que no había hablado, con toda probabilidad, en los últimos 40
años y eso que coincidimos en la fecha. Fue un reencuentro, para mí, memorable.
La otra gran alegría me ha llegado también por teléfono hace unos días, cuando
recibí una llamada de alguien a quien no reconocí de primeras y que resultó ser
mi mejor amigo de mi época por los Madriles, Juan Carlos Guardia, compañero de
clase en el Claret y del que no había vuelto a saber nada desde los 18 años. ¡Genial!
Un gato negro camino de la Luna |
Sólo quería dejar la anécdota de
los diferentes nombres que los yanquis le dan a las lunas llenas cada mes y de
su por qué, pero si me tiran del hilo como ha hecho Miguel, no me queda otra que
desliar un poco la madeja para dejarla botando.
domingo, 3 de mayo de 2020
Alarma desde el Balcón. Cosas Singulares
Luna llena de Gusano. 9/03/20 |
Colores de España |
Jirones |
¡Superhéroes al rescate! |
Energía |
Reflejo |
Juego de manos |
Sillón con vistas |
Chimenea |
Luna llena Rosa. 8/04/20 |
Curiosidades de las cosas
curiosas:
La primera luna llena de marzo
recibe el nombre de luna de gusano en referencia al deshielo primaveral en el
hemisferio norte. Una época en la que la tierra se suaviza y los gusanos salen
de ella. Para descubrir el origen de este nombre hay que remontarse a la
década de 1930, cuando los campesinos nativos de Estados Unidos y Canadá empezaron
a poner nombres a las distintas lunas llenas dependiendo del mes en el que se
producían.
Y la primera luna llena de abril recibió
el apodo de superluna rosa y no precisamente por su color rosado, sino por
el florecimiento en estas fechas de una planta silvestre de ese color en
Estados Unidos, el flox musgoso.
Perteneciente a la familia de las polemoniáceas, es una de las
primeras flores que germinan en primavera en el este del país. El
color ‘rosa’ lo tiene solo la flor, no la Luna.
PD. Aunque yo prefiero ver un poco rosa a la Luna. Total, ya puestos...
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