domingo, 8 de septiembre de 2024
Las Rodillas
domingo, 12 de mayo de 2024
Coneja con Gurullos
No dejes para mañana... |
Y es lo mucho que disfruto en estas jornadas de esparcimiento gastronómico-festivo, en las que lo más importante son esos magníficos personajes que he conocido gracias a mi magnífica esposa, y cuya amistad (vamos, que me soporten), espero conservar hasta el fin de los tiempos, al menos de los míos, claro. Ayer disfruté como un enano del hábil corte infligido por Jesús con precisión quirúrgica a los embutidos y quesos de los que llegaron provistos los Cuatro Fantásticos y a los que les quité la sombra (del coche) a cuenta de un Caracol y un Conejo de caza mayor.
Lola, siempre al quite, incansable y eficaz, nos regaló el paladar con un guiso buenísimo del que formaron parte, entre otros, una coneja y unos "gurullos" (palabra nueva para mi acervo personal), dando forma y sabor a una receta típica del poniente murciano y oriente almeriense, que le salió redonda. Como redondo le salió el flan de café (descafeinado, por supuesto), y que, a mi humilde entender, siempre se queda pequeño de lo bueno que está. Por rematar la parte gastronómica de la jornada, destacar las refrescantes aportaciones de Ana y Juan con sus propuestas de gazpacho casero y ensalada de piña (escasas también, dada mi glotonería desmedida), que pedían repetición a gritos.
Salpimentando el menú, pero no por ello menos importantes, las almendras fritas, las empanadillicas de bocado, las cervecicas frías, los vinos de colores, la sandía reventona y refrescante… una mención rápida a la panceta ibérica salmantina que Jesús me puso delante y a la que no pude resistirme…, y el remate del café en esas tacitas coquetonas de colores con el tamaño justo para tomarte un par de ellas tan ricamente con un trocito -lo digo en singular eufemístico- de madalenón.
Dicho lo anterior, para mí, como se habrá podido inferir de las líneas anteriores, aún siendo importante la componente gastronómica de la jornada, aunque esta hubiera consistido en bocata de tortilla con pimientos y agua de la fuente, me habría compensado igualmente por la parte festiva de la misma como decía al principio. Porque festivo es compartir con vosotros penas y alegrías, repasar el huerto fresa a oliva, almendra a cebolla, breva a tomate, árbol a árbol, pollo a conejo con Domingo Antonio a quien se le hace los dedos huéspedes entre sus tesoros y sus ojos brillan de un modo especial cuando te cuenta de sus cosicas.
Con Quitina, especialista en renacer de sus contratiempos; nunca nadie se habrá caído, roto algo y recuperado con tanta fuerza, presencia de ánimo y buen humor como ella. ¡Que buena pareja hace con Jesús! Un sabio con corazón de oro y una sensibilidad impresionante escondidos tras un corpachón que no invita al encontronazo frontal, pero que hace las delicias del contertulio cuando tras una finta compartes un rato con él.
Para cuerpecico de sílfide ya está Encarna, la alegría de la huerta, de su casa y de cualquier sitio donde se encuentre, nunca la he visto seria, siempre con la sonrisa a flor de labios, animosa, activa… y lo entiendo, porque José Luis sí que es un cuerpo y no el de Bomberos… ahí le cabe… lo que no está escrito. Todo humanidad, de la física, y sobre todo, de la otra; ¿qué puedo decir de él?, lo primero que se me viene a la cabeza es que es buena gente, que se desvive por los demás, que es amigo de sus amigos, apabulla con su cariño, y si te tiene que crujir los huesos, pues no se corta y te cruje.
Ana y Juan, Juan y Ana, yo los veo como acostarse en Pekín y levantarse en Bogotá, tan distintos y tan complementarios como que sin el uno no podría existir el otro ¿con cual me quedo? Con los dos, por eso mismo. Ana es mi coralista preferida, bichóloga de cabecera y buena hasta decir basta; todo en ella es dulce, suave, amable… un gozo tratarla. Como a Juan, que mojados tiene los hombros de tanta llorera como soportan, con una paciencia y ciencia infinitas escucha dolores, entuertos, maldades, cuestiones médico-sociales, lo que le echen, siempre tiene la palabra justa, el consejo útil y el botón de desconexión de alarmas inútiles preparado, y eso que dice que se ha jubilado, aunque de algunas cosas…
No me he olvidado, no, ¿Cómo hacerlo? Comencé hablando de la hormiguita silenciosa del guiso de “gurullos” con coneja, Lola, directora de orquesta, sin la cual ni este, ni cualquier concierto sonaría afinado. No deja nada al azar. A las 6 de la mañana, todos los días, y seguro que hoy también, afina sus sentidos, plantea su esquema sin necesidad de papel y lo hace realidad con la precisión de Mary Poppins, y ¡sin necesidad de volar! Esto es solo un detalle de una personalidad excepcional y no quiero darle más a la tecla (entrando en lo personal-emocional) porque no quiero que piense que lo hago por el guiso y por que se repita.
Aitana e Irene, un resoplido de juventud que da gusto se cuele entre nosotros, porque al fin y a la postre, sois las representantes de lo que ha dado y da sentido a nuestras vidas.
Y ¿Marián qué?, pues Marián es mi maga particular sin cuya magia, seguramente yo no sería capaz de verme en situaciones tan placenteras y positivas como la de ayer, por lo que hoy, mañana y siempre le doy las gracias.
viernes, 1 de marzo de 2024
A Pie de Calle I. New York
Lilholts pooley pool 6 avenue Midtown Manhattan |
Arte en la calle. NY |
Reloj clásico Canterbury. NY |
El Toro de Wall Street |
Atardecer, Amanecer. (Revolución) Plaza de Battery Park City. NY https://bpca.ny.gov/place/sunrise-sunset-revolution/ |
Bicicleta de plumas morada. Arte callejero. NY |
Monumento a la Liberación Gay de George Sagal en Christopher Park. NY |
Independece Flagstaff. Union Square Park |
High Line de New York City |
Poste para llamadas de emergencia, boca de riego y taxi. NY |
Chimenea para la salida de vapor de la red subterránea de tuberías que lo transportan por la Gran Manzana. |
viernes, 9 de febrero de 2024
La Cámara de los Pájaros
Cotorra argentina 1 (Myiopsitta monachus) |
Colirrojo tizón 1 (Phoenicurus ochrurus) |
Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) |
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) |
Cotorra argentina 2 (Myiopsitta monachus) |
Colirrojo tizón 2 (Phoenicurus ochrurus) |
Garza blanca 1 (Ardea alba) |
Garza blanca 2 (Ardea alba) |
Paloma torcaz (Columba palumbus) |
Dos meses largos llevaba sin usar mi Sony bridge con su super zoom. La verdad es que ya hacía tiempo que por algún lugar se le había colado suciedad a la óptica y me salían unas manchas oscuras en las fotos, que me costaba Dios y ayuda disimular con el programa de edición que uso: El Microsoft Digital Image 2006 Suite Editor, que me pasó hace un porrón de años mi amigo Antonio, quién supongo lo seguirá utilizando desde el cielo, donde seguro continúa cargando con su mochila y haciendo fotos desde que se fue el año pasado. De vez en cuando le echo un ojo a su blog Navegando por la vida, por si publica algo nuevo.
Al principio eran unas simples motas, que más o menos conseguía eliminar o, al menos, disimular. Pero últimamente la cosa empezó a pasar de castaño a oscuro y se me fueron quitando las ganas de utilizarla, tirando más del móvil y de la Canon, que obviamente, carece del zoom pajarero de la Sony.
Las cámaras de fotos, por si alguien no lo sabe, son caras de narices, y los objetivos con zoom para la Canon, ya ni te cuento, así que me propuse arreglarla. En Murcia, la última vez que la llevé y comenté lo de la suciedad, me dijeron que sí la podían intentar limpiar, pero con riesgo de que cascara. Como en aquel momento no era mucho el problema, lo dejé. Con este antecedente, descarté Murcia de principio y llamé a un taller de Elche, que ya me había solucionado un problema con un objetivo hace unos años, y me dijeron que las "bridge" no las reparaban. Decepción.
-Llame usted al ST en Madrid, a ver que le dicen.
(ST de Sony en Madrid) -Pues dos posibilidades tiene: que se pueda arreglar o que no. Si se puede, son tantos euros más los portes, y si no, los portes igualmente. ¡Menudo negocio, pensé!
Mi última opción: volver al inicio y llevársela al técnico de Murcia. Así lo hice. Dos días después me llaman para decirme que sí se puede limpiar, que son menos tantos euros. ¡Encantado, adelante! Al poco me llamaron y fui a recogerla y probarla. ¡Niquelada! Ni una mota, y además ha mejorado el enfoque y la luz, con lo que no tengo prácticamente que echar mano del programa de mi querido Antonio. Así que el finde pasado la reestrené con los resultados que traigo a este post.
PD El nombre de "cámara de los pájaros" se lo pusieron mis hijas, a las que no les gustan las fotos que les hago con ella. Prefieren la otra. Pues eso, la otra para ellas y esta, para ver más allá.
domingo, 4 de febrero de 2024
Alba y Ocaso
Alba 1 (Con lucero incluido) |
Alba 2 |
Alba 3 |
Alba 4 (Primer rayo de sol) |
Ocaso 1 (Último rayo de sol) |
Ocaso 2 |
Ocaso 3 |
Ocaso 4 |
Hay dos momentos en el día en los que, si estás mínimamente a ello, te das cuenta de que la tierra se mueve, y no despacio precisamente, sino a buena marcha. Casi en un abrir y cerrar de ojos pasas de la penumbra incierta a la cegadora claridad, y viceversa. Son esos instantes, el alba y el ocaso, en los que el sol aparece y desaparece de nuestro campo visual a una velocidad de la que durante el resto del día, y por supuesto, la noche, no tenemos conciencia.
Seguramente, fueran esos los momentos en que nuestros parientes humanos a lo largo de los tiempos, se plantearon cuestiones tan enjundiosas como: ¿El sol da vueltas a la tierra? o, por el contrario, ¿es la tierra la que gira alrededor del sol? Esto del geocentrismo y el heliocentrísmo dio para muchos debates, algunos de los cuales acabaron malamente para sus participantes. Que se lo pregunten a Galileo Galilei. Y si ya metemos en la discusión a los terraplanistas, ¡apaga y vámonos!
Yo, personalmente, soy de menos debatir y más disfrutar. Y aprovechar el tiempo ¡Que va más rápido de lo que pensamos!
P.D. Todas las fotos están hechas desde el mismo sitio (la terraza de mi casa) Esa que me dio tanto juego durante el confinamiento en la pandemia.
sábado, 3 de febrero de 2024
Bienestar Animal
Vecinas de Santa Eulalia, al fresco con sus mascotas |
Vaya por delante que no tengo mascota. Ahora. Después de Wally, nuestro agaporni inseparable que campaba y volaba a sus anchas por la casa (cuando le abríamos la jaula), decidimos que había sido el último. El último de una innumerable saga de periquitos, canarios, jilgueros, diamantes, cotorras, ninfas, mirlos... y hasta un hámster que han compartido casa, coche y vacaciones con nosotros desde siempre.
Dejo dicho lo anterior para que quede claro, que algo de conocimiento sobre bienestar animal puede que tenga después de una vida compartiendo con alguno de ellos. ¿Y a cuento de qué, vengo con estas ahora? Pues porque una cosa lleva a la otra, y una mañana, soleada mañana de febrero, haciendo unos recados de esos que si no te apuntas, no acabas haciendo nunca, enfilé la calle Puerta Nueva, en esta Murcia en la que solo se acaba el buen tiempo cuando llegan los abrasadores meses veraniegos (cada vez más largos y secos) y en la puerta de una copistería me topé con un carrito de bebé, con su ocupante dentro, y nadie más a la vista. Cierto es que al acercarme, pude comprobar que la atenta madre se encontraba tres o cuatro escalones más arriba, con un ojo en la copistería y otro en el bebé.
No, el bebé no estaba abandonado a su suerte en la vía pública, aun cuando a primera vista lo pareciera, aunque si así hubiera sido y la madre en vez de estar donde estaba, hubiera estado tomando tranquilamente un café en la cafetería que habría sido la copistería, cualquier transeúnte (incluido yo) se habría alarmado, si no escandalizado, por el desahogo de la madre, y el bienestar del bebé.
Normal, estarás pensando, cualquier ciudadano de bien de los que ahora tanto hablan los políticos se habría cuando menos preocupado, y solicito, buscado a la madre, agentes de la autoridad o hada madrina protectora del bebé, o incluso a los servicios sociales que se hicieran cargo de la situación.
Hace unos años, visitando a nuestra hija, de Erasmus en Kaunas, un mes de abril que pelaba de frio, al atardecer, mientras paseábamos por la ciudad, nos llamó mucho la atención que en la acera, a la puerta de algún comercio o cafetería, aparentemente dejados de la mano de Dios, nos encontrábamos, no uno ni dos, sino varios bastantes, carritos de bebé con el correspondiente niño dentro. Abrigadito, pero dentro del carrito y fuera del establecimiento.
A nosotros, gentes del cálido sur, no se nos ocurría razón para tamaño desatino y así se lo hicimos saber a nuestra Erasmus, quien, como ya llevaba por allí un tiempo, se había hecho a las costumbres locales y, según nos explicó, aquello no era ninguna maldad ni nada por el estilo, sino lo que se conoce como "siesta nórdica", que consiste en dejar a los bebés en sus carritos durmiendo en la calle para acostumbrarlos al frío, y porque consideran que es beneficioso para su salud.
Pero esto iba de mascotas y también de un perrillo que una tarde esperaba pacientemente a su dueño en la puerta de la carnicería, en la cálida Murcia que antes mencionaba, y de la que le podía caer a su dueño en el caso de pasar por allí algún agente de la ley, conocedor de la Ley de Bienestar Animal que prohíbe a los dueños de mascotas dejarlos atados en la entrada de lugares públicos, y que además de cuarto y mitad de solomillo, acabaría llevándose de recuerdo la correspondiente multa por su osadía: "Así lo indica el apartado d) del artículo 27 de la ley, artículo en el que se específica que queda prohibido mantener a los animales "atados o dejados sin supervisión en áreas públicas, sin la presencia constante de la persona responsable de su cuidado y comportamiento". Además, esto se considera una infracción de cierta gravedad que lleva consigo una multa. Concretamente, según el artículo 73 de la ley, se considera este acto una infracción de nivel bajo, lo que significa que podría conllevar una multa que oscila entre 500 y 10,000 euros"
Vete a Kaunas y cuéntales esto, ¡A ver qué les parece!
Claustro de la Facultad de Derecho. UM. La Escuela |
La sociedad, nosotros, nuestros hijos necesitamos más, mucha más, tolerancia, afectividad, empatía, caridad y educación y no tanta norma que piensa por nosotros, nos estabula y cuadricula, dejando en un cajón, cada vez más pequeño, la posibilidad de decidir libre y voluntariamente, en el respeto a los demás.
martes, 30 de enero de 2024
¡Voley...Volando!
De aquella adolescente con genio y determinación ha surgido una mujer con más determinación si cabe, el genio atemperado y unas tremendas ganas de vivir, disfrutar y no dejar pasar la mínima para lograr sus metas. Y entre ellas, sentirse bien consigo misma aprovechando la rendija más diminuta por la que colarse para lograrlo.
Cuando hace un par de meses anunció que quería volver al voley y hablo con su hermana, voleibolera veterana, de la posibilidad de entrar en un equipo, todos la animamos, pero la que más, su hermana, que lleva disfrutando con este deporte durante mucho tiempo, y sabe de sus aptitudes para ello.
Así que, compaginando trabajo, casa, viajes..., la vida de cualquier joven de su edad, le hizo un hueco al voleibol, buscó un equipo y ¡a jugar! Y el domingo, como transportados en una alfombra mágica en el tiempo, volvimos a sentarnos en un graderío para ver jugar a nuestra pequeña (siempre lo será), y a disfrutar con ella, porque no hay nada como ver disfrutar a un hijo. Calladitos, rodeados de forofos del equipo contrario, pero con la sonrisa feliz de verla ganar su primer partido en esta nueva etapa, en la que, lo primordial sigue siendo divertirse, hacer deporte, la buena compañía, el trabajo en equipo, y si además ganas, ¿Qué más se puede pedir?