|
Vertido de aguas depuradas al río Segura, aguas abajo de la ciudad |
|
Vertido y cauce del río Segura |
|
RM-1. Autovía San Javier-Santomera. "Del bancal" 1 |
|
RM-1. Autovía San Javier-Santomera. "Del bancal" 2 |
|
RM-1. Autovía San Javier-Santomera. Monumento en San Javier |
En la Región Murciana y
en temas de infraestructuras, la de cal la damos en la gestión de los recursos
hídricos, ya que estamos a la cabeza del Estado en ese apartado. Murcia
aprovecha prácticamente la totalidad de las aguas residuales producidas gracias
a las más de 100 depuradoras que funcionan en la Región y como ejemplo de ello,
la EDAR Murcia-Este, que aguas abajo de la ciudad de Murcia devuelve al cauce
del río Segura las aguas regeneradas. Habrá que solucionar el problemilla de
las desaladoras/desalinizadoras, su coste y su destino final, pero esto son
otros López.
Sin embargo, también damos la de
arena en otras infraestructuras no menos importantes, y aquí pongo el dedo y el
ojo en la archiconocida “autovía del bancal” (La RM-1 Autovía San
Javier-Santomera), que finaliza abruptamente en un huerto de frutales a escasos
15 kilómetros
de su destino: el entronque con la A-7 a su paso por Santomera. Y finaliza tan
abruptamente, que hasta la señalización vertical llega hasta el último metro,
así que, si por un suponer, consigues llegar hasta el final del tramo (que no
puedes, pero si pudieras), te podrías “enchufar” a 120 km/h contra los
limoneros sin despeinarte. ¡Qué cosas!
Y eso que en materia de
comunicaciones terrestres estamos bien servidos, pues se llega y se sale de la
Región por autovía e incluso autopista por los cuatro puntos cardinales, además
de los tramos autonómicos que como el del bancal,
hacen su buen papel en la geografía murciana. Otra cosa es el estado de la
llamada red secundaria cuyo mantenimiento empieza a ser un poco más rácano de la
cuenta y a poco que nos descuidemos, habremos de volver a las ballestas en
detrimento de los amortiguadores para circular por ella.
Otra de arena en infraestructura
la damos con el Aeropuerto Internacional (sin nombre oficial asignado) que
hermosea la pedanía de Corvera y que inexplicablemente, para este humilde
mortal, no acaba de despegar y entrar en funcionamiento. Que digo yo que la
cosa no será tan complicada ¿o sí? a ver, ¿no manda el PP en España, en Murcia
y en Valencia? ¿no son colegas entre sí los peperos?
bueno, pues que el pepero A de Murcia llame al pepero B de Madrid y le diga: Oye, ¿te acuerdas de aquello de que el
Aeropuerto de San Javier es prioritariamente de uso militar y que su utilización
comercial siempre habría de estar supeditada a las necesidades de Defensa? pues
que sí, que estoy de acuerdo, que se lo quede Defensa para ella sola y abrimos
el de Corvera, que no tiene ningún tipo de limitaciones, que además es
internacional y está a la última en tecnología, ¡vamos, de estreno! Y una vez
solucionado esto, el pepero A llama al pepero C de Valencia y le dice: Oye tú, no
seas chupón con el aeropuerto de Alicante y vamos a repartirnos los viajeros,
que entre ambas Comunidades tenemos suficientes destinos turísticos como para que
funcionen los dos aeropuertos a “tuti
plen”, y asunto resuelto. Todo esto con el debido respeto y apoyo a la iniciativa privada ¡faltaría más!
Otra que damos de arena,
(que a lo mejor con el paso del tiempo se convierte en cal), es con las comunicaciones
ferroviarias que están ahí en un quiero y no puedo, que hoy por hoy se pueden
calificar como del siglo XIX y que a la que le metan caña (y millones) al
Corredor Mediterráneo y a la
Alta Velocidad, nos capuzarán de cabeza en el siglo XXI sin
pasar por el XX.
Por terminar, siendo Murcia una Región abierta
al mar, yo diría que la de cal en las comunicaciones marítimas la damos con el
Puerto de Cartagena y su enorme incremento en visitas de cruceros gracias a su
dársena para esos menesteres, y la de arena, con la cantidad de pegas y trabas
que se le están poniendo a la construcción de la nueva terminal en El Gorguel
para mercancías, que situaría el puerto cartagenero entre los más importantes
de todo el Mediterráneo.
Mimbres tenemos ¡y gruesos! Ahora
hay que tejerlos.