La Opinión. 18.06.13 |
Dice el refrán popular que algo tendrá el agua cuando la bendicen. Pues eso mismo pienso yo de los pechos femeninos, que últimamente se encuentran en boca de todo el mundo, de modo figurado y también propiamente dicho. Es salir un pecho al aire y organizarse la marimorena. Ejemplos:
Que a la modelo Fulanita de Tal en una sesión de fotos que no incluía destape explícito, la ventolera le desboca el capisayo y le deja los senos al aire, reguero de pólvora que te crió en las redes sociales y medios gráficos con todo tipo de comentarios.
Que Angelina la Musa anuncia a los cuatro vientos que le han realizado una mastectomía de sus dos mamas para prevenir el cáncer de pecho que por herencia parece que le corresponde, pues ríos de tinta sobre el caso, su valentía y lo estupenda que se ha quedado.
Que las Femen se manifiestan a pecho descubierto para denunciar todas las injusticias habidas y por haber, pues ahí está la solícita policía de turno para echarles mano mientras se revuelven como gatos panzarriba chillando como locas sus consignas, y los fotógrafos y camarógrafos se arremolinan para no perder detalle.
Tanta importancia tienen los pechos femeninos, que se ha pasado de las recomendaciones sobre su utilización para alimentar a los mamoncillos, a legislar sobre la materia, obligando a unas a dar teta sí o sí, por decreto, o prohibiendo a otras realizar en público tan sana costumbre.
Y eso de mamar, ya sea en público o en privado, debe ser cosa buena, pues no he conocido angelito que se quejase. Así pues, dejen a las señoras hacer con sus pechos lo que quieran, que para eso son suyos y el que se mosquee, que se lo haga mirar.
Punto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario