Boletín Oficial de la Región de Murcia |
Con el eufemístico título de Ley 4/2013, de 13 de junio, de Medidas Urgentes en materia de Gastos de Personal y Organización Administrativa, el Gobierno regional murciano, le ha vuelto a meter la mano en el bolsillo a todos aquellos que cobran su salario de las arcas públicas, en plena festividad de San Antonio de Padua, el Santo de los pobres.
Entresacando algunas frases del Preámbulo dignas de ser enmarcadas, encontramos reflexiones tan profundas como:
La actual coyuntura económica y la necesidad de reducir el déficit público, sin menoscabar la prestación de los servicios públicos esenciales, hace necesario mejorar la eficiencia de la Administración regional en el uso de los recursos públicos, con el fin de contribuir a la consecución del objetivo de estabilidad presupuestaria. Esto es: no tenemos un euro para pagar tanto pavo inflado en las épocas de vacas gordas y en vez de cerrar todos los chiringuitos pseudo-públicos montados en plena orgía del despilfarro, echamos mano al bolsillo de los sufridos empleados públicos que lo mismo sirven para un roto que para un descosido.
Dentro de este ámbito de actuación, se han venido adoptando medidas en materia de recursos humanos, que suponían una apuesta razonable para asegurar el sostenimiento de las retribuciones de los empleados públicos. Sin embargo, en la actualidad, el proceso de consolidación fiscal y de sostenibilidad de las cuentas públicas exige de la Administración regional continuar adoptando nuevas medida, entre otras, una reducción de las retribuciones a percibir en los meses de diciembre de 2013 y junio de 2014. O lo que es lo mismo: ¿no queríais caldo?, pues tomad dos tazas (y las que vengan) y calladitos que todavía queda tela de donde cortar, que como decía mi amigo, hasta que no dejen la cosa en once pagas peladas, aún tienen margen confiscatorio.
El ajuste retributivo que recoge la presente ley se enmarca en esa necesidad de mantener la sostenibilidad de las cuentas públicas. Que es tanto como decir, que lo poco que queda hay que repartirlo como buenamente se pueda para que la cosa no explote y nos vayamos a la bancarrota regional.
Este ajuste, que tiene carácter temporal y coyuntural, supone un esfuerzo adicional para todos aquellos que perciban retribuciones con cargo a los recursos públicos regionales, y a fin de compartir el esfuerzo que conlleva se extiende a todos los servidores públicos regionales con independencia de la naturaleza de la entidad de la que dependan y de su estatuto, evitando así la discriminación entre grupos y sectores. Esto es en plan salomónico total, vamos, que es lo mismo sacarle los cuartos a un sufrido funcionario pata negra con su oposición a cuestas, que a un "señaladoadedo miembro/amigo/afín/familiar", cuyo único mérito ha consistido en figurar en alguna de las clasificaciones anteriores para llevárselo calentito a casa, o a un político con cargo y mando en plaza, léase miembros del Consejo de Gobierno y altos cargos de la Administración Pública regional, consejeros, secretarios generales, secretarios autonómicos, en su caso, y directores generales y asimilados, cuyos sueldos, en el peor de los casos, van a verse mermados en un contundente 3.53%. ¡Ah, y lo de temporal y coyuntural llevan diciéndolo desde hace tres años! ¡Que están que se descoyuntan de temporalidad!
Hasta aquí la justificación de las medidas, pero no contentos con eso, van y se sacan del zurrón unas Disposiciones Organizativas encaminadas al control de la planificación estratégica de la Administración regional en el ámbito del personal de administración y servicios, incluidos los sanitarios y los educativos; descolgándose para estos últimos con una fantástica declaración de intenciones: El personal docente contribuirá a la consecución de los objetivos estratégicos programados para la educación no universitaria aprobados por el Consejo de Gobierno. Estos objetivos reflejarán la importancia de la labor docente como factor básico para asegurar el futuro de la juventud de la Región de Murcia. A tal fin, se articularán, entre otras, medidas de racionalización de carácter estructural que propicien la adecuada utilización de los servicios educativos, buscando la eficiencia en el gasto público, sin que ello suponga merma de la calidad educativa, así como de aprovechamiento integral de los recursos humanos y materiales del sistema educativo y de mejora de los resultados escolares. Esto es, según mi leal saber y entender, lo mismo que decir: ¡Ojito con lo que hacéis señores docentes, que aquí estamos con la vara de medir! Ya podéis repartir bien la caja de tizas que os toca por aula y mes y mucho cuidadito con meterle a los chiquillos malas ideas en la cabeza con el cuento de los recortes, que sacándoles buen partido a la caja de tizas y a la de colores tienen que salir unos alumnos niquelados.
¡Si cuando yo proponía hace poco lo de la Prueba del 10 no iba muy desencaminado!
Dentro de este ámbito de actuación, se han venido adoptando medidas en materia de recursos humanos, que suponían una apuesta razonable para asegurar el sostenimiento de las retribuciones de los empleados públicos. Sin embargo, en la actualidad, el proceso de consolidación fiscal y de sostenibilidad de las cuentas públicas exige de la Administración regional continuar adoptando nuevas medida, entre otras, una reducción de las retribuciones a percibir en los meses de diciembre de 2013 y junio de 2014. O lo que es lo mismo: ¿no queríais caldo?, pues tomad dos tazas (y las que vengan) y calladitos que todavía queda tela de donde cortar, que como decía mi amigo, hasta que no dejen la cosa en once pagas peladas, aún tienen margen confiscatorio.
El ajuste retributivo que recoge la presente ley se enmarca en esa necesidad de mantener la sostenibilidad de las cuentas públicas. Que es tanto como decir, que lo poco que queda hay que repartirlo como buenamente se pueda para que la cosa no explote y nos vayamos a la bancarrota regional.
Este ajuste, que tiene carácter temporal y coyuntural, supone un esfuerzo adicional para todos aquellos que perciban retribuciones con cargo a los recursos públicos regionales, y a fin de compartir el esfuerzo que conlleva se extiende a todos los servidores públicos regionales con independencia de la naturaleza de la entidad de la que dependan y de su estatuto, evitando así la discriminación entre grupos y sectores. Esto es en plan salomónico total, vamos, que es lo mismo sacarle los cuartos a un sufrido funcionario pata negra con su oposición a cuestas, que a un "señaladoadedo miembro/amigo/afín/familiar", cuyo único mérito ha consistido en figurar en alguna de las clasificaciones anteriores para llevárselo calentito a casa, o a un político con cargo y mando en plaza, léase miembros del Consejo de Gobierno y altos cargos de la Administración Pública regional, consejeros, secretarios generales, secretarios autonómicos, en su caso, y directores generales y asimilados, cuyos sueldos, en el peor de los casos, van a verse mermados en un contundente 3.53%. ¡Ah, y lo de temporal y coyuntural llevan diciéndolo desde hace tres años! ¡Que están que se descoyuntan de temporalidad!
Hasta aquí la justificación de las medidas, pero no contentos con eso, van y se sacan del zurrón unas Disposiciones Organizativas encaminadas al control de la planificación estratégica de la Administración regional en el ámbito del personal de administración y servicios, incluidos los sanitarios y los educativos; descolgándose para estos últimos con una fantástica declaración de intenciones: El personal docente contribuirá a la consecución de los objetivos estratégicos programados para la educación no universitaria aprobados por el Consejo de Gobierno. Estos objetivos reflejarán la importancia de la labor docente como factor básico para asegurar el futuro de la juventud de la Región de Murcia. A tal fin, se articularán, entre otras, medidas de racionalización de carácter estructural que propicien la adecuada utilización de los servicios educativos, buscando la eficiencia en el gasto público, sin que ello suponga merma de la calidad educativa, así como de aprovechamiento integral de los recursos humanos y materiales del sistema educativo y de mejora de los resultados escolares. Esto es, según mi leal saber y entender, lo mismo que decir: ¡Ojito con lo que hacéis señores docentes, que aquí estamos con la vara de medir! Ya podéis repartir bien la caja de tizas que os toca por aula y mes y mucho cuidadito con meterle a los chiquillos malas ideas en la cabeza con el cuento de los recortes, que sacándoles buen partido a la caja de tizas y a la de colores tienen que salir unos alumnos niquelados.
¡Si cuando yo proponía hace poco lo de la Prueba del 10 no iba muy desencaminado!
Amigo Fernando, no se puede describir mejor.
ResponderEliminarUn abrazo