sábado, 20 de febrero de 2021

En un Cortijo

 
Para visitar

Para hornear

Para guardar y colgar

Para trabajar

Para comer

Para moler

Para entrar

Para reparar

No se debe entrar en ningún sitio particular al que no hayas sido invitado. Regla universal que no requiere de mayor explicación. Si el lugar está abandonado, semiderruido y un poco dejado de la mano de Dios, tampoco se debe entrar. Aunque si se te ha escapado el animal de compañía (de dos o cuatro patas) y pretendes recuperarlo, por ahí podría haber algún resquicio a la regla. Y si no tienes más excusa para hacerlo que la innata curiosidad, pues entonces entra con cuidado, mirando donde pisas, al techo por si se derrumba, echa un vistazo rápido, satisface tu curiosidad y sal haciéndote el loco. 

4 comentarios:

  1. Interesante e innovadora (al menos para este lector) propuesta sobre cómo vulnerar reglas universales con la ayuda de animales de compañía, se agradece la sugerencia y seguiré tus sabios y prudentes consejos sobre cuidados al pisar sobre suelos con escombros y caminar bajo techos de dudosa estabilidad. No te prometo, en cambio, que el vistazo sea rápido, la curiosidad, además de innata, estará omnipresente durante todo el recorrido por el cortijo. Y aunque finalmente salga haciéndome el loco (como bien sabes, hacerlo no me costará ningún esfuerzo), no se me olvidará recoger a ese encantador animal de compañía que me ha permitido disfrutar de la vista al cortijo sin haber sido invitado.

    Posdata: A tu disposición para acudir al cortijo en busca de todos aquellos animales que hayan podido quedarse en el cortijo ante la veloz y loca carrera en retirada de algún que otro distraído visitante.

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  2. Me ha encantado tu comentario. ¡Genial!

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  3. Lucida exposición literaria construida con imágenes brillantes.

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