Bombilla eterna |
¿Eso, que es lo que es?
Se conoce como obsolescencia programada o planificada a “la programación del fin de la vida útil de un producto para que se
vuelva viejo, no funcional, inútil o inservible después de un tiempo de vida
calculado de antemano por el fabricante durante su fase de diseño”.
Espero no ser yo solo quien se
extrañe de lo poco que duran los aparatos eléctricos y electrónicos de un
tiempo a esta parte. Por poner un ejemplo facilón,
hace no muchos años, comprabas una bombilla de 100 o 60 w y te duraba hasta
aburrirse; el gasto en bombillas de una casa resultaba mínimo, por no decir ridículo.
Una vez metidos en Europa y por
aquello de cumplir con las Directivas protectoras del Medio Ambiente y del Consumo,
nos vendieron la moto de las lámparas de bajo consumo, mucho más eficientes y
duraderas que las de toda la vida (y mucho más caras). ¡Mentira de las gordas!,
se funden incluso con más frecuencia que las incandescentes de toda la vida y
encima no sabes donde tirarlas de lo muchísimo que contaminan.
Hace tres días acabé con un
paquete de 10 bombillas de 100 w, de las normales, y que han durado escasos
seis meses (ni a bombilla por mes). Un poco molesto por la fragilidad de las
incandescentes, me fui a reponer material a la tienda de mi “lamparero” de cabecera, quién ante mis
quejas por la corta duración de las bombillas, me soltó:
-¡Qué quieres, para lo que pagas
por ellas!
Y se quedó tan fresco. Luego me
explicó que los fabricantes ante la escasa demanda de producto de calidad (más
caro), han optado por fabricar un producto de “tente mientras cobro” y si te gusta, bien, y si no, también.
Chip de impresora |
Y si esta política la
extrapolamos a todo chisme que tenga
que ver con la electricidad o derivado del petróleo, nos encontramos con la
obsolescencia programada por el fabricante, de modo que el producto va a fallar
en algún momento, sí o sí, obligando al consumidor a comprar otro para reemplazarlo y
comenzar nuevamente el ciclo. Y a ser posible, nada más finalizar la garantía de los
dos o tres años a que están obligados por ley.
Esta maquinación empresarial no
es nueva, pues el concepto se desarrolló por primera vez entre 1920 y 1930, y
se correspondía con un nuevo modelo de mercado: el de fabricación de productos
que se vuelven obsoletos de manera premeditada. Su objetivo fue y es, el lucro
económico inmediato, sin que tengan ningún valor el cuidado y respeto del medio
ambiente ni del ser humano, porque cada producto que se vuelve obsoleto, supone
contaminación al deshacerse de él.
Se predetermina la vida de
los aparatos electrónicos. Los chips suelen estar hechos de silicio, germanio o
selenio, con puntos de fusión más o menos bajos. En muchas ocasiones basta
colocarlos al lado de una fuente de calor, como la batería, para acortar la
vida de los mismos.
Así que ya sabéis, por mucho que
cuidéis el móvil, la lavadora, el ordenador, el i.pad, la impresora o el automóvil, este cascará
cuando menos te lo esperes, por arte y gracia de la condenada sociedad de
consumo, que además de tenernos esclavizados, nos exprime y nos engaña desde
que abrimos los ojos hasta que soltamos la pasta.
¿Estaremos nosotros también programados para quedarnos obsoletos a las primeras de cambio?
Me temo que sí. ¡Así que a vivir, que son dos días!
Me temo que sí. ¡Así que a vivir, que son dos días!
Para saber más: Obsolescencia
programada Fotos: Internet
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