¡¡¡¡CAMPEONES!!!! |
Hace un
par de meses, y a cuenta del Campeonato de Europa de futbol, una cadena de
hipermercados ofreció devolver el dinero invertido en la compra de un televisor
a todos aquellos que hubieran apostado por el triunfo final de España.
La
oferta era tentadora y oportuna para renovar el ya venerable parque televisivo
con el que contamos, así que nos fuimos de excursión al hiper para ver el género. El género, a
partir de las 46”,
con 2D y 3D, alta definición, conexión wifi, herzios a go-go y todos los adelantos técnicos habidos
y por haber, salía por un pasta, máxime en estos tiempos en los que a casi
nadie nos llega y el que más y el que menos, anda tirando de los ahorros.
La
apuesta, a la vista del juego desplegado por la selección en alguno de sus
últimos compromisos –incluido el partido contra la China de Camacho-, no
parecía excesivamente segura. Los últimos campeonatos –europeo y mundial-
ganados, quedaban un tanto lejos, el goleador Villa estaba en dique seco y los
alemanes y holandeses venían con ganas de revancha.
Todo esto, más el pesimismo
endémico, por no decir fatalismo y el complejo de inferioridad que muchas veces
nos atenaza, me hizo desistir de aceptar la apuesta, por lo que uno tras otro,
he visto los partidos de España en la Eurocopa en el venerable
televisor de siempre, he visto a San Iker encajar un solo gol y al resto
de jugadores hacer encaje de bolillos ninguneando contrarios, y he visto como
la pizca de buena suerte tan necesaria en estos asuntos, se decantaba a favor de la
Selección Española.
Y
como si de un revival de lo que pudo ser y no fue, se
tratara, la semi y la final las vi en una tele de las
nuevas, grande como un campo de futbol y que mis queridos Bequi y José tienen
en su hogar, dejándome la añoranza, cuando fuimos campeones, de lo que pudo ser
y no fue, si un día hubiera hecho un acto de fe.
¿Ganaremos el Mundial de Brasil?
Hoy digo que ¡¡SI!!
Foto:
Internet
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